El mayor temor de un conductor que decide comprar un vehículo de segunda mano es la duda de cuál será el estado real del vehículo y que en un futuro le acabe implicando mayores gastos. Es frustrante que tras pocas semanas de adquirir un coche de segunda mano tengas que comenzar con reparaciones, sobre todo si los fallos afectan al aspecto técnico del vehículo.
Normalmente la asociación de coche usado es negativa, sin embargo no tiene porqué ser así, un coche usado no tiene porque implicar la falta de calidad. Un vehículo usado puede abarcar cualquier edad y kilometraje.
A raíz de la crisis, el sector de la adquisición de coches usados tendió a la alza, además de reducirse la renovación de los vehículos, lo que implica la circulación y con ello el riesgo de emplear coches con antigüedades altas.
Los neumáticos del coche son una parte muy importante, evita adquirir un vehículo que cuente con neumáticos con rajas, alto desgaste, presión incorrecta o un dibujo irregular, puesto que desde el principio deberás realizar un desembolso extra.
El tubo de escape no debe de emitir mas humo de lo normal ni tener grietas, además el paragolpes debería estar libre de roturas y bien fijado.
Si no quieres invertir en reparaciones de carrocería fíjate bien en que no haya arañazos, corrosión o abolladuras que necesiten de reparación, chapa y pintura. Y en el interior, lo más importante son los cinturones y sistemas de seguridad.
La dirección, los líquidos, frenos, luces y motor es mejor que hayan sido revisados por un profesional.